Antes de convertirse en un referente del fútbol europeo, Luis Enrique vivió una difícil etapa como entrenador de la AS Roma, donde algunos se burlaban de él llamándolo "Stanlio", en referencia al personaje cómico del dúo El Gordo y el Flaco. La experiencia marcó sus inicios en los banquillos y dejó lecciones que moldearon su carácter como técnico.
Aunque hoy es reconocido por su carácter fuerte y estilo de juego definido, Luis Enrique vivió momentos duros durante su etapa como entrenador de la AS Roma en la temporada 2011-2012. Llegó a Italia con el aval de haber dirigido al Barcelona B y con una propuesta futbolística ambiciosa. Sin embargo, su experiencia en la capital italiana estuvo marcada por la resistencia de algunos sectores del club, la prensa y la afición.
Uno de los detalles que más llamó la atención fue el apodo con el que algunos se referían a él: "Stanlio", en referencia al personaje delgado y torpe del dúo cómico El Gordo y el Flaco (Laurel y Hardy). La burla hacía alusión a su estilo corporal y forma de expresarse, y reflejaba la incomprensión que generó su llegada y su método.
Luis Enrique aterrizó en Roma con el objetivo de implantar un fútbol de posesión, ofensivo y estructurado, similar al modelo que triunfaba entonces en el FC Barcelona. Pero en una liga como la Serie A, históricamente conservadora y táctica, sus ideas no calaron con facilidad.
La Roma terminó séptima en la tabla, fuera de puestos europeos, y su estilo fue criticado por muchos que esperaban resultados inmediatos. La falta de adaptación de varios jugadores y las tensiones internas terminaron frustrando un proyecto que, aunque breve, dejó huella en el técnico español.
Lejos de hundirse, Luis Enrique tomó esa experiencia como un punto de inflexión. Tras su salida de la Roma, dirigió al Celta de Vigo y luego al FC Barcelona, donde ganó el triplete en la temporada 2014-2015. Más tarde, fue seleccionador de España, donde impulsó una generación de jóvenes talentos con una filosofía valiente.
En varias entrevistas, ha reconocido que su paso por Italia le enseñó a convivir con la crítica, a adaptarse y a reafirmar sus convicciones. El apodo de “Stanlio” quedó atrás, y el técnico español se transformó en una figura de respeto y carácter en el fútbol mundial.
La etapa de Luis Enrique en la AS Roma fue una de las más desafiantes de su carrera. Marcada por burlas, incomprensión y malos resultados, también fue una etapa de crecimiento personal y profesional. Hoy, lejos de aquellos días en los que algunos se reían de él, el técnico español ha demostrado que la constancia y la fidelidad a una idea pueden vencer incluso las etapas más difíciles.
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